Lectores, esta entrada se la dedico a uno de mis compañeros de piso, que a pesar de su no estable economía se dedica a desperdiciar la comida a placer. Vease, el penúltimo Brick de tomate frito que utilizó se lo guardé yo en el frigorífico viendo que él no lo iba a guardar. Bien, el ultimo brick de tomate que usó, pues desde luego ni tan siquiera acabó el brick que le había dejado en el frigorífico como cualquier alma de dios, a lo que iba, ese último brick lo volvió a dejar sobre el mármol de la cocina. Nadie, ninguno de nosotros, compañeros de piso, hemos guardado ese asqueroso brick, el cual ahora mismo se haya en la basura dada su putrefacción.
Lo mismo suele pasar con todo, pues no suele terminarse nada. Aunque sea un misero paquete de patatas, una ensalada, no sé! algo! Un kebab!
No sé hasta que punto es ético pensar que podría semi alimentarme con los restos que él deja atrás.
Nota: Esta mañana me tocó arreglar el salón después de la partida de rol de anoche...me da miedo que me vean como una chacha pues soy demasiado ordenada como para hacer la vista gorda, pero no dejaré que me toreen por mucho que los quiera a ellos o al piso.
Sí, en mi antiguo piso de estudiantes utilizabamos papel higiénico como servilletas de mesa. Oye algo se ahorra y total para limpiarte la boca sirve xD
ResponderEliminarLo del chaval que lo tira todo. Pues que decirte, nunca ha pasado hambre y si de sus restos y sobras podría vivir una familía en África, que digo, de mis sobras fijo que una família tercermunindista come.
Finalmente, podria conseguirte naranjas tiradas de precio, vamos gratis. Lo hablamos al MSN que me tienes super abandonao, nunca coincidimos...